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La pintura

Una pasión, una rabia, un furor, es la pintura de Retana.

 

                                                  Pablo Antoñana. Retana.

...Amarillos, ocres, sienas y sombras, naturales y tostadas..., tierras sobre la tierra. Lo importante no son los colores (que sí lo son), sino su cualidad, su raza: la mano que palpa y se abalanza, el golpe urgente del pincel, el untuoso deslizar de la espátula sobre la tela como el cuchillo de un esbirro, el compás y el ritmo del trabajo, su fragorosa intimidad. Una mano, nueva cada vez, que piensa y sueña (una mano franca como la de Retana), una mano que ve de cerca como el caracol de Goethe y desvela alguna de las viejas mentiras de la pintura.

 

Pedro Manterola. "El paisaje de Retana"

 

 

...La pintura es color, encarnadura y desgarramiento... Es ese filtro corrosivo en el que, como ingredientes o herramientas indispensables interviene el ojo, el oído, casi el tacto, el sueño también, por donde pasan los paisajes de Florentino. Son paisajes soñados, desgarraduras patéticas, un cataclismo geológico, captado de los arrecifes figurados de la sierra de Lokitz quizá, hasta conseguir la transmutación de la misma naturaleza y hacerla más humana, y al mismo tiempo más naturaleza también.

 

Pablo Antoñana. "Retana"

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